En muchas ocasiones hablando de remedios naturales me dicen “pues a mi la medicina natural no me funciona”. En este artículo me gustaría compartir algunos factores que se tiene que tener en cuenta a la hora de emprender el camino de la curación por remedios naturales.
Profesionalidad
En España la formación de las medicinas naturales no está regulado en absoluto. Hay cursos de todo los tipos, duración y contenido.
En otros países, como Francia y Alemania es distinto. Las formaciones de medicina natural están reglamentadas como cualquier otra formación profesional.
A pesar que la formación está regulada en Alemania, encima de todo se dice que la naturopatía no es una profesión sino una dedicación y tiene que mucho que ver con la persona misma que se dedica a la medicina natural.
A lo largo de muchos años, he visto igualmente consultas cuyas paredes estaban repletas de diplomas como personas con poca o incluso ninguna formación oficial dedicándose a la medicina natural con muy buenos resultados, e incluso resultados asombrosos. Pero también viceversa – con ningún resultado o incluso con tratamiento dañinos tanto en caso de muchas formaciones o pocas.
Por lo cual, ni la cantidad de diplomas colgadas en la consulta, ni la duración de la(s) formacion(es), tipo de formación etc. nos aseguran estar en buenas manos.
Ahora bien, he visto muchos casos de personas que tiraron la toalla para curarse con remedios naturales después de haber estado en la consulta de un naturopata con un tratamiento más o menos largo. Tiraron la toalla diciendo “la medicina natural no funciona” sin sospechar que quien quizás no “funcionó” era el “especialista” que no prescribió el tratamiento adecuado.
Es un gran error pensar que como se trata de medicina NATURAL, no pasa nada si uno no se toma el tratamiento adecuado. Por ejemplo, la homeopatía es en cierta manera un arte. Aparte de tener conocimiento de homeopatía, un especialista de homeopatía tiene que tener algo como vamos a decir “ojo para la gente o cierta psicología”. Y como no hay muchos Dalís y Van Gogh, tampoco abundan los buenos homeópatas. Quien se quiera hacer una idea de la complejidad de la homeopatía le recomiendo leer el libro “El Organón de la medicina” de Samuel Hahnemann, padre de la homeopatía.
Incluso, las Flores de Bach, que es un tratamiento mucho más fácil de aplicar en comparación con la homeopatía, si uno no sabe elegir las flores adecuadas, pues lógicamente, no ayudan.
Lo curioso es que muchos que prueban la curación con remedios naturales y no obtienen el resultado esperado, rechazan la medicina natural y vuelven otra vez a la medicina alopática (medicina convencional), aunque anteriormente no hubieran obtenido buenos resultados, a pesar de haber visitado un montón de especialistas durante años. Quiero decir que a la primera oportunidad en que no funciona la medicina natural, ésta se rechaza, mientras que a la medicina alopática se le dan infinitas oportunidades, aunque ésta tampoco le funcionara en ningún momento. Reprimir sintomas no significa sanar.
Responsabilidad
Curarse es cuidarse – no hay otra. Suponiendo que estamos en mano de un buen especialista de medicina natural que nos da el tratamiento adecuado, la curación está en nuestra mano. Es nuestra responsabilidad.
La curación por remedios naturales requiere un cambio de alimentación y estilo de vida. Porque si nuestro estilo de vida y alimentación fueran los adecuadas – no nos habríamos puesto enfermos. A nadie se le ocurre echar gasoil a un coche de gasolina y esperar que el coche ande. Sin embargo, no se tiene ningún reparo en echar al cuerpo toda clase de sustancias nocivas y esperar que éste funcione correctamente.
El cuerpo está hecho para sobrevivir – esto significa que aunque lo alimentamos inadecuadamente, el cuerpo intenta con sus sistemas complejos compensarlo y eliminar las toxinas; hasta que este de tóxicos “hasta el gorro” y avisa.. en forma de molestias, síntomas y en definitiva, de enfermedades.
Lo más común en este caso es que vayamos a un médico para que nos dé un medicamento para que ya no tengamos ninguna molestia. No tener molestias no significa automáticamente que estemos curados. La mayoría de los medicamentos reprimen la molestia, hasta que se emplace en otro órgano con otro síntoma. Entonces volvemos al médico que trata la nueva molestia como nueva enfermedad, como si no tuviera que ver con la molestia principal. Así, lo que inicialmente era una molestia de piel se convierte en asma.
En muchas ocasiones, cuando el especialista de medicina natural le cambia la alimentación al paciente, este expresa su sorpresa “De verdad tengo que dejar el chorizo, la coca cola y los alimentos industriales..? ..Pero si esto me lo he comido toda mi vida, esto no puede ser la causa..”.
Tal como lo mencioné antes, el cuerpo está hecho para sobrevivir. El hecho de que uno no se muera al instante al ingerir alimentos no adecuados, no significa que éstos no tengan ninguna consecuencia. Admito que sería mucho más fácil para nosotros reconocer las consecuencia de una mala alimentación si se demostraran en el mismo instante de ingerirla. Imagínate que en el momento de tomar ese pastelito de más, te saliera el michelín en el mismo momento de haberlo tragado – que fácil sería reconocer que ese pastelito no me sentó bien. O en el momento de tomar Coca Cola se te cayeran los dientes y los huesos se te ablandaran.
Hipócrates, el padre de la medicina, dijo “Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento“. Sin embargo, la formación de médico no incluye una formación en nutrición. Pero una buena alimentación es la base para que el cuerpo funcione bien. Cuerpos enfermos son cuerpos intoxicados.
Curarse es un acto activo que requiere el tratamiento adecuado junto con cambios en alimentación y estilo de vida. La responsabilidad es mía, por lo tanto esto también puede significa que me tengo que poner “las pilas” e informarme por mi mismo, por ejemplo en internet. Buscar yo mismo el especialista, el remedio, etc. Por el contrario, ir al médico para que me recete algo, es un acto pasivo ante la curación, dejando la responsabilidad de mi curación al médico.
Paciencia y perseverancia
Muchos que quieren dar una oportunidad a la medicina natural para curarse, antes de consultar a un especialista de medicina natural, ya se han recorrido un montón de médicos alopáticos y se han tratado muchos años con medicamentos que – aunque no sean conscientes de ello – le han perjudicado más de que ayudado. La enfermedad ya ha ido de órgano a órgano y el cuerpo está totalmente intoxicado tanto por la alimentación inadecuada como por los medicamentos. Ahora bien, se espera que la medicina natural me cure en “una semana”.
Nosotros ya nos hemos acostumbrado tanto a que los medicamentos nos “ayuden” instantáneamente, que también lo esperamos de la medicina natural. No puedo esperar que un cuerpo intoxicado durante muchos, muchos años, se cure en “un plis-plas”. En muchos casos, el trabajo de un buen especialista de medicina natural va por capas – como pelar una cebolla-. En el camino de la curación verdadera puede que aparezcan otra vez molestias de hace algunos años, allí donde empezó la enfermedad. Quizás el especialista me ponga un tratamiento y de repente me salgan otra vez los granitos en la piel (que fue mi problema inicial hace muchos, muchos años) y me quedo sorprendida (y dudo de él) ya que he ido por mi asma.
Conclusión
Curarse significa tomar la responsabilidad de mi vida, de mi enfermedad y encontrar el especialista o tratamiento adecuado. Es un proceso que puede durar toda mi vida ya que es un proceso activo. Vale la pena? Sí. Muchos creen que están sanos porque no tienen molestias – sin embargo empiezan el día tomándose un antihistamínico. Eso no es estar sano. Estar sano no significa sólo la ausencia de molestias, sino mucho más. Igual que estar vivo es mucho más que no estar muerto.
Estar sano es estar lleno de vitalidad, amor y felicidad.
María Delgado