Las hierbas frescas se mantienen la podemos conservar durante poco tiempo. Muchas hierbas medicinales tan solo crecen o florecen durante determinados meses, y es por ello que resulta necesario conservarlas correctamente para poder aprovechar sus beneficios durante todo el año. De esta manera, es posible secar o deshidratar las hierbas aromáticas para mantener así todas sus propiedades y evitar que se estropeen con el paso de los meses. Si todavía no sabes de qué manera puedes hacerlo, en este artículo te lo explico.
Hierbas frescas
Si te es difícil de cultivar la propia hierba, sea por el clima, la temporada o necesitas una cantidad mayor, la puedes comprar. A la hora de comprar hierba fresca, que parezca jugosa, y a ser posible, de cultivo orgánico.
Las hierbas delicadas como el estragón, ele perejil o la menta, se mantienen durante algunos días en un vaso de agua puesto en un lugar frío.
La mayoría de las hierbas – la albahaca, la mejorana – se pueden conservar con rama y todo, pero lávalas primero, sécalas con papel de cocina y enróllelas luego en un papel húmedo y guárdalas en la nevera.
La mayoría de la hierbas conservan sus propiedades al ser congeladas: corta las hierbas muy finitas, cúbrelas con una capa de agua o aceite y consérvalas en bolsitas de congelar o en bandeja de los cubitos de hielo. Puedes utilizarlas durante los seis meses siguientes.
Hierbas secas
Casi todas las plantas conservan intactas sus propiedades medicinales si se secan cuidadosamente. Eso implica que hay que recolectarlas en el momento adecuado y conservarlas bien para cuando no estén en temporada. Las hierbas se recetan en una estación – por ejemplo, la primavera – y crecen todo el año hasta la floración del año siguiente. La mayoría son efectivas durante 6 o 12 meses, tras los cuales debemos tirarlas.
Seca siempre plantas de cultivos orgánicos, los residuos de los concentrados pesticidas o los sintéticos fertilizantes sumados a las propiedades activas de las hierbas no son nada aconsejable.
También es esencial en caso que compres hierbas secas que sólo los compres de compañías que garantizan el respeto al impacto ambiental fomentado el cultivo orgánico y asegurando la sostenibilidad de las plantas autóctonas. También garantizan la frescura de sus hierbas.
SECAR PLANTAS SILVESTRES DE MANERA CORRECTA
Para secar las plantas que has elegido existen varios métodos, dependiendo del tipo de planta, del sitio del que dispongas y de la humedad ambiental.
Como consejo general, es mejor recoger las plantas de lugares alejados de las carreteras y del tráfico de rebaños para que no estén contaminadas.
SECAR EN BANDEJAS AL AIRE
Muchas plantas que no contienen demasiada agua pueden beneficiarse de un secado muy sencillo colocándolas sobre papel secante de cocina y al aire libre.
Lo mejor es hacerlo en días cálidos y cubriendo las plantas con una campana de malla, para que no se vayan volando ni sean pasto de los insectos. Si tienen un buen tamaño se puede voltear unas cuantas veces. Hay que evitar la luz directa del sol porque se pueden perder principios activos.
Este método da muy buenos resultados con plantas como el llantén menor, el saúco, las flores de tilo y la asperilla.
En caso de disponer de poco sitio, puedes hacerte con una estantería de secado o construirte una para que haya buena circulación de aire por arriba y por abajo. Consiste simplemente en marcos con malla apilables sobre los que se depositan las plantas.
Estas estanterías son muy útiles para plantas con un contenido más elevado de agua, como el diente de león. Si no se secan bien, pueden aparecer manchas marrones en las hojas y pierden su poder curativo.
SECAR EN MANOJOS
Otra posibilidad es secar las plantas en manojos colgados. Para ello se juntan en ramos no más gruesos que un dedo y se atan preferiblemente con una goma fina para que cuando las plantas se sequen y pierdan volumen no se caigan del ramillete.
Esta forma de secas es apropiada para plantas con poco contenido en agua como la lavanda, la salvia o el romero. Y también para el hipérico, la artemisa y la agripalma.
Cuélgalos boca abajo a cierta distancia en una cuerda de colgar la ropa. El lugar perfecto para colgar manojos es una galería ventilada, si es posible a la sombra. Un cobertizo de jardín o cualquier otro sitio bien aireado, seco y más bien oscuro, también son óptimos.
Hay que recoger las plantas en cuanto estén secas para evitar que acaben almacenando polvo.
Las plantas más húmedas, como las ortigas, no son apropiadas para este método, ya que las hojas y las ramas apretadas acaban pudriéndose rápidamente.
SECAR EN HORNO O DESHIDRATADOR
Si la humedad ambiental es muy elevada o las plantas son especialmente gruesas o húmedas, o simplemente tienes prisa, puedes secarlas en el horno, a una temperatura no superior a 40 ºC, ya que los aceites esenciales y otras sustancias activas se volatilizarían.
En caso de secar con frecuencia plantas, frutas u hortalizas puede ser buena idea hacerse con un deshidratador.
CÓMO GUARDAR LAS PLANTAS SECAS
Cuando aprecies que las plantas están crujientes es que ya están completamente secas. Entonces ha llegado el momento de trocearlas con unas tijeras y guardarlas en bolsitas de papel o preferiblemente en tarros de cristal o de cerámica. Ten en cuenta que si no están bien secas pueden desarrollarse mohos. Guárdalos en un armario seco y oscuro para preservar sus propiedades terapéuticas.